Oh, glorioso apóstol San Judas Tadeo, santo poderoso y lleno de misericordia,
Tú que nunca dejas sin respuesta a los que claman a ti en su desesperación, tú que eres el patrón de las causas difíciles y desesperadas, te invoco con toda mi fe. Tú, que comprendes el dolor del alma y el peso de las heridas internas, te ruego tu poderosa intersección.
San Judas Tadeo, tu compasión es un bálsamo para las almas atormentadas. Te suplico que ilumines mi camino, que alivies la carga de mis pesares y que sanes las heridas profundas que anidan en mi corazón. Las heridas que me causan angustia, el dolor que no puedo expresar con palabras, la sombra de la tristeza que me envuelve, te las presento con toda la humildad de mi alma. Te pido, con la confianza de un niño que acude a su padre, que traigas la paz a mi ser, que me devuelvas la serenidad y la fuerza para seguir adelante. Que destierres el miedo y la incertidumbre que me aprisionan.
Te prometo, San Judas, mantener viva la devoción hacia tu nombre en mi corazón, y difundir tu mensaje de esperanza y curación a quienes también lo necesiten. Tu intercesión es una bendición que deseo compartir.
Por tu divina intercesión, San Judas, amén.
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