Oh, glorioso apóstol San Judas Tadeo, santo poderoso y lleno de misericordia,
Tú que nunca dejas sin respuesta a los que claman a ti en su desesperación, tú que con tu generosa intercesión, llevas la luz a las almas afligidas, te invocamos hoy con corazones agradecidos.
San Judas Tadeo, patrono de los casos difíciles, reconocemos tu inmenso poder de ayudarnos a apreciar las pequeñas bendiciones que nos rodean. Hoy te suplicamos que abras nuestros corazones a la gratitud, que nos enseñes a ver la mano de Dios en cada aliento, en cada sonrisa, en cada acto de bondad que recibimos. Que nuestra gratitud no sea un sentimiento pasajero, sino una fuente inagotable de alegría y paz. Que aprendamos a valorar lo que tenemos, sabiendo que cada detalle es un regalo de tu gran amor. Que nuestros corazones, llenos de gratitud, reflejen la luz de cristo en el mundo.
Te agradecemos, San Judas Tadeo, por todas las bendiciones recibidas en el pasado. Por los momentos de paz, de alegría y de prosperidad que has tocado con tu mano. Te prometemos mantener vivo el recuerdo de tu nombre en nuestro corazón y compartir tu devoción con aquellos que necesitan tu amor.
Por tu divina intersección San Judas, Amén.
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