Oh, glorioso apóstol San Judas Tadeo, santo poderoso y lleno de misericordia,
Tú que nunca dejas sin respuesta a los que claman a ti en su desesperación,
Tú, faro de esperanza en las noches más oscuras,
Tú, ejemplo de fe inquebrantable en los momentos de mayor prueba,
Te suplico hoy, con el corazón sincero y la mente puesta en la grandeza de Dios, que recuerdes la importancia de la fe en nuestras vidas. Muchas veces, en el fragor de las dificultades, nuestra fe puede flaquear, nuestras esperanzas desvanecerse. Te ruego que ilumines nuestra senda, que nos recuerdes la fuerza inmensa que reside en la confianza en el Señor. Que nuestras creencias sean un escudo contra la adversidad, una brújula que nos guíe hacia la luz divina. Ayúdanos a comprender que la fe, firme y constante, es la llave que abre las puertas del cielo y nos conduce a la paz interior.
Te prometo, San Judas, cultivar la semilla de la fe en mi corazón, en el corazón de todos los que te invocamos, a través de la oración constante y la práctica de las virtudes cristianas. Te ruego que intercedas por nosotros ante el Altísimo, que nos ayudes a fortalecer nuestra fe, para que podamos ser ejemplos de esperanza para otros.
Por tu divina intersección San Judas, Amén.
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