Oh, glorioso apóstol San Judas Tadeo, santo poderoso y lleno de misericordia,
Tú que nunca dejas sin respuesta a los que claman a ti en su desesperación,
Tú, faro de esperanza en las noches más oscuras,
Tú, consolador en cada pena y en cada aflicción.
Hoy me arrodillo ante ti, San Judas, pidiendo la serenidad que tanto anhelo. En cada respiración, siento la tempestad de mi alma. Los pensamientos se agolpan, las preocupaciones me asfixian, y el miedo me paraliza. Te ruego que ilumines mi camino, que me enseñes a encontrar la paz en medio del caos. Te pido, con profunda fe, que me ayudes a respirar con serenidad, a encontrar el equilibrio en cada instante, y a sentir la presencia de Dios en cada latido de mi corazón. Que la tranquilidad descienda sobre mi ser, cubriéndome con tu manto protector, y que cada exhalación sea una liberación de mis angustias. Que en cada inhalación, sienta la fuerza y la presencia de tu amor que me envuelve.
Te prometo mantener tu imagen en mi hogar y dedicar tiempo a meditar en tu sagrada figura, como un baluarte de paz, para que tu intercesión me fortalezca y me ayude a contemplar la belleza de la serenidad en cada acto de mi vida.
Por tu divina intersección San Judas, Amén.
Comparte tu intención en la sección de comentarios para que tenga mayor fortaleza tu petición, al manifestar por escrito y que juntos podamos rezar.